* Ambas mujeres negaron tal respaldo; además, sostuvieron que ni han sido reubicadas, ni se encuentran laborando en estos momentos en el plantel.
Teziutlán, Pue.- Luego de que autoridades del Complejo Regional Nororiental de la BUAP, encabezadas por Sergio Díaz Carranza, aseguraran que han brindado apoyo a las dos trabajadoras que fueron despedidas, presuntamente de forma injustificada el pasado 2 de octubre, ambas mujeres negaron tal respaldo; además, sostuvieron que ni han sido reubicadas, ni se encuentran laborando en estos momentos en el plantel.
En una llamada telefónica, manifestaron que después de la nota informativa que se publicó en esta misma página, sí notaron un cambio de actitud, tanto de la empresa Ocigol, que es la contratista del personal de limpieza para la BUAP, como de las propias autoridades del Complejo de la Salud, pero nada que haya cambiado su situación laboral hasta ahora.
Trascendió que fueron empleados de la compañía reclutadora los que les llamaron para expresarles que seguramente había una “confusión”, pero que nunca fueron despedidas, cuando el supervisor de limpieza, Edgar Trigueros, fue claro al transmitirles el mensaje.
Les indicaron, incluso, que el próximo lunes o martes estarán en Teziutlán para reunirse con ellas y con Sergio Díaz Carranza, con el propósito de aclarar la situación y llegar a los mejores términos, insistiendo en que jamás se les quiso correr de la BUAP, a través de la empresa.
Uno de los ofrecimientos que les hicieron es que regresaran a sus labores de manera normal; sin embargo, será un tema que tendrán que valorar las afectadas, quienes desde un principio expresaron su temor por las represalias que pudieran tomarse contra ellas.
Cabe señalar que las señoras Erika y Rosa María, el pasado jueves se comunicaron con esta servidora para dar a conocer que habían sido despedidas del Complejo Regional Nororiental de la BUAP, en Teziutlán, bajo el argumento de que tenían varias faltas en el trabajo. Ambas estaban asignadas al departamento de limpieza de la universidad.
Con expedientes médicos en la mano, otorgaron una entrevista para explicar que cuando no se presentaban a laborar era porque tenían consultas médicas en el IMSS de la ciudad de Puebla, institución de la que recibían la seguridad social.
Rosa María fue diagnosticada con cáncer de mama, y Erika sufre trombocitopenia púrpura, hipotiroidismo, diabetes e hipertensión arterial. Ante el seguimiento médico que requieren ambas, son necesarias las consultas médicas continuas.
Fue en la entrevista anterior en la que mencionaron que, si bien solicitaban los permisos, siempre lo hacían con dos días de anticipación como se los pedía una de sus superiores, a quien identificaron como Clementina Herrera.
De hecho, para facilitarles la salida quedaban condicionadas para que después de acudir a la cita médica a la ciudad de Puebla, retornaran a efectuar sus labores de limpieza al Complejo de la BUAP, bajo las condiciones que fueran; es decir, no importaba si las pacientes regresaban agotadas.
La serie de presuntos atropellos que sufrieron y que expresaron en esa entrevista, escalaron al ámbito estatal, desde donde se cree que hicieron un fuerte llamado de atención a Sergio Díaz Carranza, ya que después de evidenciar el caso de ambas ex trabajadoras, también en redes sociales, salieron a la luz situaciones de ex trabajadoras del Complejo Regional Nororiental de la BUAP que acusaban que mientras estuvieron laborando ahí, desempeñaron tareas como meseras y cocineras en eventos sociales o celebraciones de los mismos trabajadores de la BUAP, sin el pago de horas extras; además no eran sus funciones.
Desde el jueves pasado hasta ayer, las versiones sobre ese tipo de presuntos abusos siguen exponiéndose; sin embargo, tendrán que ser las propias autoridades de la BUAP, encabezadas por la rectora Lilia Cedillo, las que deban efectuar una investigación al respecto, ya que está de por medio el prestigio de la máxima casa de estudios de la entidad poblana.

















